La integración de todos los electrodomésticos en la cocina hace que la visión general sea de mayor limpieza (no física, sino visual), ya que la uniformidad siempre nos traslada sensación de orden y pulcritud.
Pero esto también tiene su parte negra, y es que cuando nuestros muebles están hechos a las medidas de los electrodomésticos, podemos tener problemas a la hora de cambiar cualquiera de ellos.
En general estos responden a medidas estándar, por lo que si se nos estropea la lavadora, será fácil que encontremos una nueva lavadora con las mismas medidas, que nos encaje en el hueco que ha dejado la anterior, pero hay ocasiones en los que el cambio lo hacemos porque buscamos nuevas prestaciones, como un frigorífico más grande con más espacio de congelador o una lavadora con más carga, y esto a veces requiere de medidas especiales.
Si prevemos que esto puede sucedernos en el futuro, quizá una buena sea dejar el frigorífico
de forma independiente, para muestra del resultado estético os
proponemos esta cocina decorada en gris y azul y con el frigorífico
independiente de color blanco. El resto de electrodomésticos están
perfectamente integrados y ocultos en los lineales de ambas paredes.
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